¿Qué es el dimorfismo sexual?
El
dimorfismo sexual es el conjunto de diferencias morfológicas, fisiológicas y
comportamentales que caracterizan y diferencian a los dos sexos de una misma
especie en mayor o menor grado.
Esta
terminología se utiliza principalmente para el Reino Animal, por lo que hace
referencia a las diferencias, principalmente físicas, en cuanto a forma,
coloración o tamaño, entre machos y hembras de una misma especie (dioica).
¿En
qué especies animales se presenta el dimorfismo sexual?
No
todas las especies de animales presentan dimorfismo sexual. Por ejemplo, muchos
reptiles tienen los órganos sexuales internos, no demuestran diferencias
externas entre los especímenes de diferente sexo.
No
obstante, se presenta en la mayoría de las especies animales, pero el grado de
dimorfismo sexual suele variar mucho entre unas especies y otras, No existe una
pauta universal de diferenciación sexual entre animales, más allá de los
mecanismos básicos de la producción de espermatozoides u óvulos (el rasgo
definidor de ser macho o hembra).
Los
sexos tienden a ser muy parecidos en las especies que liberan sus gametos
directamente al medio, sin cortejo ni contacto sexual entre los individuos en
freza (ej esponjas). Las diferencias sexuales tienden también a diluirse en las
especies en que ambos sexos participan de forma activa en la cría de la
descendencia (ej. pingüinos). Sin embargo, la gran mayoría de los animales caen
entre ambos extremos y presentan diferencias sexuales más acusadas.
¿Qué
diferencias presentan los individuos de distinto sexo?
Pueden
presentar diferencias en cuanto a su morfología (robustez del esqueleto de
soporte, tamaño relativo de cuernos y astas, …), coloración (críptica,
llamativa, …), en cuanto a su tamaño (pequeño, grande, …), en cuanto a su masa
corporal, en cuanto a su fisiología (tasa metabólica, producción y disipación
de calor, coste energético del movimiento, …), rendimiento (velocidad máxima,
aceleración, …), historia biológica (edad de madurez, intervalo de vida, …), ecología (tamaño del territorio, distancia de dispersión,
densidad de población, …), comportamiento, ...
En
la mayoría de las especies de insectos, arañas, anfibios, reptiles, aves
rapaces, etc. las hembras son más grandes que los machos, mientras que en los
mamíferos el macho suele ser el de mayor tamaño, algunas veces de modo muy
notable.
¿Cómo
se ha originado el dimorfismo sexual?
El dimorfismo sexual se ha originado por la selección sexual, que no depende de una lucha por la existencia, sino que opera a través del éxito diferencial en la consecución de pareja. Por ejemplo, engloba la competencia entre hembras o machos por lograr el éxito reproductor durante el apareamiento, la competición entre el esperma de distintos machos en el tracto reproductor de la hembra, el uso preferencial del esperma por las hembras, ....
¿Cómo
se manifiesta el dimorfismo sexual?
El
dimorfismo sexual se manifiesta de diferentes formas.
En primer
lugar, los roles sexuales de machos y hembras pueden situar a cada uno en
una relación diferente con respecto al entorno, causando una selección (sexual)
y una respuesta distinta.
Por
ejemplo, si las hembras producen numerosos gametos, la diferencia en cuestión
va asociada al tamaño corporal; de ahí el mayor tamaño que se observa en una
cifra elevada de especies. Además, las especiales exigencias nutricionales
demandadas por la producción de óvulos y la protección de huevos y crías,
tareas que a menudo recaen sobre la hembra, pueden conducir a un uso
diferenciado del entorno, lo que comporta diferentes factores selectivos sobre
las hembras. El mero hecho de buscar un lugar adecuado para establecer el nido
podría requerir que la hembra tenga que utilizar un hábitat distinto del
escogido por el macho durante la estación de nidificación.
En segundo
lugar, el dimorfismo sexual puede surgir a través de “luchas” entre machos
por el acceso a las hembras o viceversa.
Por
ejemplo, tales contiendas pueden seleccionar un armamento para el combate, como
apéndices que pueden convertir en armas para la lucha, órganos de intromisión u
órganos que envían señales de cortejo.
En tercer
lugar, el dimorfismo sexual podría emerger de una selección intersexual; es
decir, el ejercicio directo de la elección de determinado individuo del sexo
opuesto sobre la base de su apariencia y comportamiento.
Por
ejemplo, con pocas excepciones, son las hembras las que escogen y los machos
responden con una ostentosa exhibición de cortejo. La razón de que las hembras
escojan y los machos compitan entre sí por el acceso al apareamiento guarda
relación de dependencia de la asimetría general de la inversión de los
progenitores que permite definir la condición de macho y de hembra. Los machos
aumentan su fecundidad en relación directa con el número de apareamientos que
consiguen; las hembras se hallan limitadas en el número de crías por la cuantía
de huevos que pueden producir.